martes, 29 de julio de 2008

2 años sin respuestas


El 18 de septiembre van a cumplirse dos años de la segunda desaparición de Julio López. Durante dos años no hubo de parte del gobierno (ya sea el de Néstor o el de Cristina, y mucho menos los provinciales) ninguna respuesta clara, nigún interés en esclarecer el caso, en encontrar a Julio, en saber quiénes estuvieron atrás de su nuevo secuestro. Lo único que hubo fue el uso mediático del "compañero Tito", como le gustaba decir a Kirchner, que ni siquiera lo conoció. De este mismo modo tampoco se investigó el secuestro y desaparición de Gerez y de Puthod. Ni las reiteradas amenazas a los testigos de los juicios contra los represores genocidas ni contra los jueces y abogados...
Y hablando de la Justicia: poco aportó en estos dos años, más que la no investigación, la "quema" de pistas, el embarrar la causa por la desaparición de Julio, el no atender las denuncias y aportes de la querella, el hacer un circo mediático cada vez que una fecha "redonda" se acerca (los 6, 12 y 18 meses de la desaparición). Son cosas que van más allá de las "irregularidades" de la justicia, son complicidades!
Al mismo tiempo se siguen dilatando los juicios, los represores son alojados en sus domicilios o en cárceles vip (donde se sabe que no hay controles y que puede pasar cualquier cosa, como lo demostró el asesinato de Febres), los pocos que llegan a juicio son condenados por muy pocos casos, dilatando la obtención de justicia, sometiendo a los testigos y sobrevivientes a volver y volver al mismo horror.
Y hace dos años que no hay respuestas...
Por eso, este 18 de septiembre, tenemos que reventar Plaza de Mayo, ser miles y miles para que escuchen esa simple pregunta que sin embargo no quieren (o no pueden) responder: ¿Y Julio López?

Oportunismo con los derechos humanos


"La Plaza es de las Madres y no de los cobardes..." dice una vieja consigna del movimiento de derechos humanos, acuñada en miles de rondas en torno a la Pirámide de Mayo y en centenares de marchas.



Escribe: Marcelo Parrilli, presidente del CADHU


Así, se puso siempre una valla entre los luchadores por los derechos humanos, con las madres y familiares de los desaparecidos como vanguardia, y los genocidas, los traidores de todo tipo y también los oportunistas de los derechos humanos.
Oportunistas, precisamente, hubo muchos desde 1983 en adelante.
El primero de ellos fue Raúl Alfonsín. Hábilmente, este radical que nunca había hecho nada por los derechos humanos, que jamás presentó un habeas corpus por un desaparecido o un preso político, que se negó a firmar una sola solicitada pidiendo por la aparición con vida de los miles de desaparecidos y que jamás pisó la Plaza de Mayo desde el 24 de marzo de 1976 hasta que asumió la presidencia el 10 de diciembre de 1983, se “apoderó” del reclamo de justicia, de juicio y castigo a los genocidas y con ello fundamentó gran parte de su triunfo electoral de 1983.
Después, su política de derechos humanos, terminó en las nefastas leyes de punto final y obediencia debida que garantizaron durante años la impunidad a los genocidas. Menem completaría la obra con sus indultos a Videla y otros criminales de la dictadura, en 1989.
Con Néstor Kirchner primero y Cristina Fernández ahora, asistimos a un nuevo modelo de oportunismo en materia de derechos humanos que, como característica particular, va mucho más allá que el alfonsinismo.
El ex presidente y la actual mandataria jamás prestaron atención alguna a los reclamos por los derechos humanos y durante la dictadura formaron parte del coro de civiles que adornó la gestión de los militares en Santa Cruz. Tampoco presentaron ningún habeas corpus ni fueron a ninguna movilización por los derechos humanos. Pero no bien llegaron al poder, se lanzaron a una desenfrenada carrera por apoderarse de las banderas históricas de esa lucha.
Es que apropiarse de ellas era apoderarse de la principal bandera de lucha de las masas de las últimas décadas en nuestro país.
Los Kirchner nos hablaban de los derechos humanos del pasado y se atribuían conquistas como la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida, que eran fruto de la lucha de miles durante años y del rol que jugó Patricia Walsh. Mientras tanto, reprimían brutalmente a los trabajadores petroleros en el norte de Santa Cruz, apaleaban y mandaban a procesar a los trabajadores del Hospital Francés, desaparecía Julio Jorge López, y Sobisch, aplicando la política nacional de los Kirchner, fusilaba a Carlos Fuentealba. Perseguían, además, a los trabajadores del casino flotante, del subte y otros luchadores.
Toda esta maniobra, que puede resumirse en que el kirchnerismo utiliza la bandera de los derechos humanos como negocio político para tratar de encubrir frente a las masas la política de derecha que aplican en materia económica y social trae, a su vez, un nuevo peligro.
Es que los Kirchner utilizan los derechos humanos como una suerte de escudo legitimador para imponer toda su política aun cuando la misma sea resistida por enormes sectores de la población, como ocurre con las retenciones a los pequeños productores agrarios. Y como tratan de imponer su política de saqueo hacia los más débiles con autoritarismo, patotas, amenazas y corrupción, esto genera un repudio popular todavía mayor.
Y el peligro es, precisamente, que el repudio hacia el kirchnerismo se extienda también hacia la heroica lucha que durante décadas llevaron adelante miles de luchadores. En concreto, que el repudio hacia el gobierno se convierta en repudio hacia la legítima causa de los derechos humanos y hacia organismos como Madres, Abuelas y otros. Debemos tener en cuenta además que, aprovechando esta brecha que le abre el gobierno, la derecha encuentra campo propicio para tratar de desacreditar a las organizaciones de derechos humanos y su lucha de conjunto.
Por todo eso, más allá de la lamentable cooptación de las conducciones de algunos de esos organismos por el gobierno, y más allá de lo penoso que resulta ver a Hebe de Bonafini pidiendo cárcel y persecución para los chacareros, debemos tener en claro que esos organismos y esa lucha le pertenecen al pueblo argentino y fundamentalmente a los miles que, en muchos casos dando su vida, enfrentaron a la dictadura.
Y precisamente por esto debemos movilizarnos y denunciar esta nueva maniobra del kirchnerismo. Debemos hacerlo en defensa de los derechos humanos, de las organizaciones populares de derechos humanos que levantaron esas banderas y de la lucha de miles durante largos y durísimos años por lograr el juicio y castigo a los genocidas.

Desprocesamiento de Hernán Lopatka

Cuando salga a la calle este número de Alternativa Socialista, se estará realizando un acto en las puertas de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional. El objetivo del acto es reclamar que la Cámara revoque el procesamiento que se le dictara al compañero Hernán Lopatka, por el que se le imputan entre otros delitos “homicidio agravado en grado de tentativa” a un prefecto que participara de una de las varias represiones que sufrieron los trabajadores del Casino.
Hernán es uno de los dirigentes de la heroica huelga que desarrollaron los trabajadores del Casino. La persecución que se está llevando adelante contra su persona, en la que se le imputan gravísimos delitos, es parte de la política de criminalización de la protesta social que se realiza contra los que luchan en todo el país. Pero en el caso de Hernán, la calificación de los delitos que se le imputan junto con la hiper arbitraria decisión del Juez de Instrucción (que no tiene una sola prueba en contra de Hernán ni del resto de los trabajadores) y el hecho de que la lucha del Casino estuviera dirigida directamente contra los intereses de Kirchner, muestran la gravedad que tiene tal persecución.
En paralelo, el kirchnerismo -con Néstor y Cristina al frente- han formulado en estos dias y con motivo de los cortes que vienen realizando los productores rurales, un planteo al Poder Judicial para criminalizar toda movilización, corte de calle o ruta. Dicen que “no hay que reprimir” (aunque reprimen, bien lo saben los trabajadores del Casino que sufrieron nueve represiones en menos de cuatro meses; también lo saben lo productores que fueron reprimidos en varios puntos del país) pero que la Justicia “tiene que actuar” ante todo hecho de protesta.
Es por todo ello que desde el CADHU (Centro de Abogados por los Derechos Humanos) y desde el MST vamos a seguir desarrollando la campaña contra el procesamiento de Hernán y del resto de los trabajadores del Casino, impulsando la más amplia convocatoria a los organismos de DD.HH., las organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles y politicas para exigir su sobreseimiento asi como para fortalecer la lucha en defensa de las libertades democráticas que el gobierno K pretende cercenar.



Agustín Vanella (integrante del CADHU)

Inmediato sobreseimiento a Hernán Lopatka, dirigente de los trabajadores del Casino Flotante


Esta semana, los abogados del CADHU, defensores del trabajador del Casino Flotante Hernán Lopatka, solicitaron su inmediato sobreseimiento frente a la acusación de “atentado a la autoridad agravado y homicidio agravado en tentativa”.
El compañero Lopatka, que fue parte del Comité de Lucha que encabezó la pelea de los trabajadores del Casino Flotante de la Ciudad de Bs.As., en defensa de su fuente de trabajo, quien fuera detenido y golpeado en numerosas oportunidades por la Prefectura durante el conflicto, y finalmente resultara despedido junto a centenares de compañeros de trabajo por orden del empresario kirchnerista Cristóbal López y que sufriera la brutal represión del 04 de diciembre de 2007 por parte de la Prefectura Naval, hoy está imputado por “atentar contra un integrante de esta fuerza”. También resulta imputado y procesado por el delito de “resistencia a la autoridad” Malcom Rodrigo Dandres.
Estos hechos, constituyen un atropello a las libertades democráticas y al legítimo derecho de los trabajadores a reclamar por sus salarios, sus condiciones laborales y sus fuentes de trabajo y es un claro ejemplo de “judicialización y criminalización de la protesta social”.
Rechazamos enérgicamente este nuevo ataque contra los trabajadores y sus luchas, reclamamos por el inmediato sobreseimiento de los compañeros Lopatka y Dandres, el cese de toda persecución contra los trabajadores del Casino y convocamos a un acto de repudio en la puerta de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional - Sala V, sito en Viamonte 1147, el jueves 19 de junio a las 11.30 hs. Asistirán organismos de DD.HH., diputados nacionales y legisladores de la ciudad, sindicatos y organizaciones sociales y políticas.



CADHU Centro de Abogados por los Derechos Humanos cadhu@fibertel.com.ar